¡Hoy cumplo 26 años! Me despido de los 25 con estas reflexiones y aprendizajes que les comparto a continuación.
1. Todo pasa y no pasa nada
No saben cuánta paz siento cuando pienso en lo cierta que es esta frase ¡Todo pasa y no pasa nada! Por muy bien o mal que la estemos pasando, todo es temporal. Al final, aunque así lo sintamos, no somos el centro del universo y a nadie le importa lo que hagamos o dejemos de hacer. Me quedo con lo importante que es no tomarse las cosas tan personales y lo divertido que puede ser reírse de uno mismo.
2. Valorar lo que es
Aceptar y valorar que “lo que es, es” me ayudó a no vivir en frustración constante. Obviamente si algo no nos gusta, hay que cambiarlo. Pero aceptar y valorar lo que es, es clave para sentirnos plenos y satisfechos con nuestra realidad. La gratitud es un sentimiento muy bello que no siempre tenemos presente.
3. Todo tiene su tiempo
Algo que aprendí este año, es que tomar decisiones apresuradas por no querer esperar, no siempre es la mejor opción. Hablando con mi abuela, reflexionamos que antes esperaban meses para comunicarse con seres queridos, a través de cartas o llamadas de larga distancia. Hoy no somos capaces de esperar ni 5 min para que nos respondan un mensaje. “No por mucho madrugar amanece más temprano” hay que ser pacientes, porque saber esperar es una virtud. Muchas veces, por estar pensando en el futuro nos perdemos de lo único que tenemos seguro: el presente.
4. Nadie es perfecto
Todos estamos en esta tierra por primera vez y nadie nació con un manual para saber cómo vivir la vida. Tener esto en mente me ayuda a ser más tolerante, respetuosa y flexible con los demás.
5. La importancia del auto-cuidado
Esto aplica para todo, desde ponerse bloqueador hasta comer saludable o hablarnos bonito. Yo era de las que se ponían como lagartija al sol sin una gota de bloqueador (pésimo, lo sé). Muchas veces no somos conscientes de que el cuerpo que tenemos es el que nos acompañará por el resto de nuestra vida, de ahí lo importante que es cuidarlo.
6. Expectativas y suposiciones
Suena fácil decirlo pero liberarnos y liberar a los demás de expectativas y/o suposiciones es quitarnos un peso de encima. Al hacernos ideas mentales, sobre lo que pasará muchas veces resulta frustrante o decepcionante cuando las cosas no salen como esperábamos. Y la mayor parte del tiempo, aunque las cosas no salgan como esperábamos, terminan siendo mucho mejores.
7. Comparación con los demás
Por naturaleza nos comparamos y siempre queremos lo que no tenemos. Pero entendí que esto no produce más que sufrimiento. Aprendí que cada quien va a su ritmo y no vamos ni tarde ni temprano a ninguna parte.
8. Grit: Pasión + Perseverancia
Encontrar algo que nos apasione y perseverar con esto a largo plazo es la mejor herramienta para alcanzar nuestras metas. El “Grit” es el factor que nos hace llegar lejos. Aquí podríamos entrar en el debate de que es más importante la motivación o la disciplina, encontrar el equilibrio es lo que nos hace salir adelante. Por eso es que hay que hacer las cosas, con flojera y todo pero hacerlas. No por nada dicen que “el que persevera, alcanza”.
9. Viajar puede ser incómodo pero sumamente gratificante
Viajar muchas veces es salir de nuestra zona de confort, pasando por trayectos largos e incomodos, cambios de horarios y más. Pero seamos honestos, ¿Quién no está dispuesto a pasar por un poco de incomodidad para comerse el Mundo? Hacerlo es tan satisfactorio y una vez se empieza no hay vuelta atrás.
10. El peso de nuestras decisiones
La vida está llena de decisiones que tomamos cada día, algunas sencillas y otras bastante más complicadas. Esto nos lleva a evaluar el costo de oportunidad de cada situación. Cada vez que tomamos una decisión estamos renunciando a algo (eso a lo que renunciamos es el famoso costo de oportunidad). Hay decisiones que nos hacen más fuertes y por muy duras que sean de tomar, esto no quiere decir que seamos insensibles.
11. Vivir con el corazón dividido
Cuando dejé México, siento que una parte de mi se quedó por allá. Renunciamos a muchas cosas para vivir una nueva aventura, vivir un sueño. Estar con el corazón divido no es fácil, porque dejamos atrás familia, amigos, mascotas, amores, sueños y recuerdos. Claro que es difícil y es muchas veces me pregunto ¿Tome la decisión correcta? ¿Cuál es realmente el costó de oportunidad más grande?
12. Para pedir respeto primero tenemos que respetarnos a nosotros mismos
Hace poco leí el libro de Nathaniel Branden “El respeto hacia uno mismo” y me di cuenta que nadie no enseña a respetarnos y a ponernos como prioridad. Parece que el camino de la autoestima y el auto respeto es un camino largo, pero necesario.
13. El impacto de las palabras
Una simple palabra nos puede cambiar el día para bien o para mal. De ahí la importancia de ser dueño de nuestras palabras y utilizarlas conscientemente, ya sea que nos dirijamos a nosotros mismos o a terceros.
14. No podemos controlar lo que pensamos pero si como actuamos
Si algo he aprendido este último año en terapia es que no podemos controlar lo que pensamos o sentimos pero sí como actuamos. No podemos controlar nuestros pensamientos y sentimientos, aunque existan técnicas para distraernos de pensamientos negativos. A diferencia de estos últimos, por suerte, si podemos controlar nuestros comportamientos.
15. Somos súper vulnerables y eso nos hace entender el valor de la vida
Es en momentos de vulnerabilidad en donde entendemos el verdadero valor de la vida. En una charla con Miguel Ángel Tobias, nos compartió que realmente nos sentimos vivos en los momentos en los que somos más vulnerables. La vida no la tenemos segura y muchas veces no nos damos cuenta de lo frágil y volátil que es.
16. Nada (absolutamente nada) en redes sociales es real
Y aunque esto es más que obvio, a veces necesitamos un recordatorio de que NADA de lo que vemos en redes sociales es real, muchas veces la realidad es mil veces mejor y muchas otras la realidad es mucho peor.
17. Desconectar para reconectar…
A veces es mejor desconectar para estar realmente presente. Esto me lleva a de vez en cuando querer hacer un “Detox” de redes sociales. Cuando me siento muy ansiosa y quiero enfocarme realmente en algo, aplicó la de desactivar temporalmente mis redes por unos días o semanas. Esto me ayuda bastante y aunque a veces quisiera que fuera detox tecnológico total, es algo un poco más complicado.
18. Vivir nuestros propios sueños
La vida es para vivirla como nosotros queramos, no como se espera que la vivamos. No estamos aquí para vivir sueños ajenos, cumpliendo ideas y expectativas que la gente tiene sobre nosotros. Realmente recordando donde estoy aquí y ahora me doy cuenta de que estoy viviendo mi sueño y no podría estar más agradecida por esto.
19. Nunca estamos listos para dar el siguiente paso hasta que lo damos
Claro que da cosita dar el siguiente paso, pero no podría estar más de acuerdo con que nunca estamos listos para dar el siguiente paso hasta que lo damos. De todas nuestras decisiones aprendemos algo nuevo, así que aunque sea una decisión “equivocada”, igual estamos ganando aprendizaje. Y a veces por miedo o incertidumbre no llegamos a tomar la decisión dar ese paso, quedándonos con la duda y con el hipotético “Que hubiera pasado si…”
20. Nunca digas de esa agua no beberé
El famoso “Never say Never”, o el dicho “Nunca digas de esa agua no beberé, el camino es largo y puede darte sed”. Muchas veces terminamos haciendo lo que jurábamos nunca hacer y terminamos mordiéndonos la lengua o riéndonos de nuestro “yo del pasado”. Este año un amigo me enseñó que se vale cambiar de opinión.
21. Las despedidas son igual de importantes que las bienvenidas
Las bienvenidas o los primeros encuentros siempre son a lo grande, buscamos impresionar y apapachar y por el contrario la despedidas no se caracterizan precisamente por lo mismo. Que importante es saber despedirse y pienso en muchos momentos de despedida que me hubiera gustado que fueran diferentes. Ojalá que todas las despedidas fueran como la canción de Julieta Venegas: La despedida.
22. La gente siempre va a tener una opinión
La gente siempre va a tener una opinión sobre nuestras vidas pero nadie conoce nuestra situación como nosotros mismos. Tengo que aceptar que hay cosas que están fuera de mi control. Aunque también tengo que hacerme responsable de lo que si está bajo mi control. Un equilibrio entre la responsabilidad y la “lavada de manos”. Entender que hay cosas que dependen de mi (de las cuales debo hacerme responsable) pero que también que hay cosas que no puedo controlar (y es mejor soltarlas).
23. Hay cosas que pasan por algo y otras que por algo no pasan
Gracias ma, por recordarme siempre que “cuando algo es para mí aunque me quite y si no es para mí aunque me ponga”. Todo tiene un propósito y este año intenté liberarme de frustraciones aceptando lo que es y dejando ir lo que no pudo ser.
24. El perdón es importante
Reconocer que nos equivocamos y pedir perdón es muy válido. Hay situaciones en las que debemos dejar el ego a un lado y dar el primer paso, aplicando la de la canción de Shakira que dice: “Cuando hay que hablar de dos, empezar por uno mismo.” Creo que eso nos hace más humanos y sin duda que de los errores se aprende. Soy humana y también me equivoco, estoy muy lejos de ser perfecta y también está bien.
25. El FOMO y poner límites
El primer año que llegué a Barcelona me la pasé “del tingo al tango”, aun así me daba la impresión de que no era suficiente, que no estaba haciendo todo lo que tenía que estar haciendo y no me quería perder de nada (maldito FOMO). Entendí que “No puedo ser el ajonjolí de todos los moles” y que muchas veces estaba pasando por alto lo que realmente quería hacer. Encontrar un equilibrio y ponerme limites a mi misma me ha ayudado a ir dejando de lado esta sensación de insatisfacción constante.
Estos aprendizajes son reflexiones y opiniones personales que marcaron mi año. Gracias por leer hasta aquí y espero se sientan identificados con alguno de estos aprendizajes.